sábado, 5 de julio de 2008

Tal cual yo "muy femenina"



¿Cuánto nos hemos liberado?

Por más que me cuestiono no logro vislumbrar cómo fui lo que era…

Muy típico: una mujercita recién reconociéndose como tal sólo visualiza su futuro viéndose a sí misma como la más bella y lógicamente, también de la mano de un hombre. Cómico, después de que nos jactamos de ser seres humanas libres y emancipadas.

O sea, habló desde mí, yo misma pasé años de mi adolescencia preocupada de verme bien (los kilos, la ropa, la pinturita) encontrando en estas situaciones la forma de recalcar mi feminidad (concepto bastante limitador por lo demás). Probablemente, los cuentitos infantiles de hadas, princesas desoladas y príncipes rescatadores fueron de mucha ayuda para reafirmar esa concepción de mujer dentro de mi inconciente. Y la historia también lo reafirma. Es cosa de ver la moda (esa cosa que tanto nos gusta a las mujeres) y su evolución a través de los tiempos.

Si bien hace algunos años la vestimenta que era vista como adecuada para las mujeres tenía que ser recatada, pulcra y bajo ningún motivo reveladora de “ciertas partes íntimas”, hoy nos topamos con ropa mucho más pequeña, falditas cortas, poleritas, escotes, colaless. Gran paso: somos libres.

Hoy las mujeres son libres de vestirse como quieran y mostrarse como quieran… Mi pregunta es ¿para qué?

Últimamente he leido un tanto de cosas relacionadas con género y desde hace bastante tiempo tengo claro que este es construido y reforzado por las prácticas sociales y la socialización primaria (aquella en que el niñito va de azul y la niñita de rosadito), sin embargo aun no logro saber de dónde es que sacamos ese supuesto de ser libres gracias a los escotes.

Creíamos ser libres por votar, pero luego nos dimos cuenta de que aun seguíamos separadas de los hombres en un sin número de prácticas políticas, si pudimos darnos cuentas de eso me parece increíble que aun no podamos percatarnos del detalle de nuestra ropa. ¿Qué tan libres somos si andamos por ahí preocupándonos de vernos lindas para ellos? Gran avance este: dejamos el cinturón de castidad para meternos en uno en el que proyectamos ser una suerte de objeto sexual. (trillado, pero cierto).

Visualizo en este mismo momento a una personita (mujer por lo demás), completamente ensimismada en su arreglo personal, en su maquillaje, en su ropa y en cómo se le ve el poto porque va a salir a pasar una noche de desenfreno… por otro lado veo a un personaje (de esos llamados hombres) frente al espejo retrovisor de su auto diciéndose a sí mismo “hoy, mínimo una de esas está en mi cama”… ¿notan la diferencia?. No estoy hablando de que uno tenga pene o vagina, veamos más allá, se trata de la posición en el mundo, posición que reafirmamos con cada uno de nuestros actos. (yo rica = yo objeto sexual).

Como decía, dejamos el cinturón de castidad para embarcarnos en una subordinación absoluta a los deseos masculinos. No me sorprendería que esto fuera una artimaña planeada de antemano por esos intelectuales que se ponen a hacer y deshacer con la sociedad (lamentablemente les resulta bastante… basta con mirar lo que ocurre con el neoliberalismo). Claramente nuestra nueva libertad beneficia más a los hombres que a nosotras mismas, veamos la tv, veamos a esas mujeres desnudándose y regalándose y a esos hombres detrás de la pantalla masturbándose.

Muy típico: una mujercita arreglándose para aquel chico (el de sus sueños claro).

Me sorprende ver qué tan poco nos valoramos cabras.
Y va para todas (me incluyo).

0 comentarios:

Lorem ipsum

Lorem ipsum

Lorem ipsum

.

Tal cual yo "muy femenina"

| |


¿Cuánto nos hemos liberado?

Por más que me cuestiono no logro vislumbrar cómo fui lo que era…

Muy típico: una mujercita recién reconociéndose como tal sólo visualiza su futuro viéndose a sí misma como la más bella y lógicamente, también de la mano de un hombre. Cómico, después de que nos jactamos de ser seres humanas libres y emancipadas.

O sea, habló desde mí, yo misma pasé años de mi adolescencia preocupada de verme bien (los kilos, la ropa, la pinturita) encontrando en estas situaciones la forma de recalcar mi feminidad (concepto bastante limitador por lo demás). Probablemente, los cuentitos infantiles de hadas, princesas desoladas y príncipes rescatadores fueron de mucha ayuda para reafirmar esa concepción de mujer dentro de mi inconciente. Y la historia también lo reafirma. Es cosa de ver la moda (esa cosa que tanto nos gusta a las mujeres) y su evolución a través de los tiempos.

Si bien hace algunos años la vestimenta que era vista como adecuada para las mujeres tenía que ser recatada, pulcra y bajo ningún motivo reveladora de “ciertas partes íntimas”, hoy nos topamos con ropa mucho más pequeña, falditas cortas, poleritas, escotes, colaless. Gran paso: somos libres.

Hoy las mujeres son libres de vestirse como quieran y mostrarse como quieran… Mi pregunta es ¿para qué?

Últimamente he leido un tanto de cosas relacionadas con género y desde hace bastante tiempo tengo claro que este es construido y reforzado por las prácticas sociales y la socialización primaria (aquella en que el niñito va de azul y la niñita de rosadito), sin embargo aun no logro saber de dónde es que sacamos ese supuesto de ser libres gracias a los escotes.

Creíamos ser libres por votar, pero luego nos dimos cuenta de que aun seguíamos separadas de los hombres en un sin número de prácticas políticas, si pudimos darnos cuentas de eso me parece increíble que aun no podamos percatarnos del detalle de nuestra ropa. ¿Qué tan libres somos si andamos por ahí preocupándonos de vernos lindas para ellos? Gran avance este: dejamos el cinturón de castidad para meternos en uno en el que proyectamos ser una suerte de objeto sexual. (trillado, pero cierto).

Visualizo en este mismo momento a una personita (mujer por lo demás), completamente ensimismada en su arreglo personal, en su maquillaje, en su ropa y en cómo se le ve el poto porque va a salir a pasar una noche de desenfreno… por otro lado veo a un personaje (de esos llamados hombres) frente al espejo retrovisor de su auto diciéndose a sí mismo “hoy, mínimo una de esas está en mi cama”… ¿notan la diferencia?. No estoy hablando de que uno tenga pene o vagina, veamos más allá, se trata de la posición en el mundo, posición que reafirmamos con cada uno de nuestros actos. (yo rica = yo objeto sexual).

Como decía, dejamos el cinturón de castidad para embarcarnos en una subordinación absoluta a los deseos masculinos. No me sorprendería que esto fuera una artimaña planeada de antemano por esos intelectuales que se ponen a hacer y deshacer con la sociedad (lamentablemente les resulta bastante… basta con mirar lo que ocurre con el neoliberalismo). Claramente nuestra nueva libertad beneficia más a los hombres que a nosotras mismas, veamos la tv, veamos a esas mujeres desnudándose y regalándose y a esos hombres detrás de la pantalla masturbándose.

Muy típico: una mujercita arreglándose para aquel chico (el de sus sueños claro).

Me sorprende ver qué tan poco nos valoramos cabras.
Y va para todas (me incluyo).

0 comentarios:

 

M A R C I A R A V A N A L Copyright © 2008 Black Brown Pop Template by Ipiet's Blogger Template